Cobertura
Se Va el Camello 18-07
LISTOS PARA LA PRIMERA
Pogómetro ---> 90%
Se Va el Camello 18-07
LISTOS PARA LA PRIMERA
Pogómetro ---> 90%
Se va el camello es el futbolista que venía asomando desde las inferiores, ese que el técnico estaba esperando un poquito de madurez para largarlo a jugar en primera. Ese que de tanto romperla en reserva pide pista de primera. Y el viernes jugó el partidazo que necesitaba para que, la próxima vez que lo llamen sea para jugar al lado de los grandes.
El viernes fue el día bisagra de la semana, cuando el cuasi veranito le devolvió el lugar que legítimamente reclamaba el invierno. Ya no estaba para salir en remerita como un par de días atrás. Y pasadas las 12, ya arrancando el sábado, el calendario volvía a estar del lado de Confessore. Todo esto, obviamente, del lado de afuera del Ayuntamiento.
Adentro el panorama era distinto. Un buen rato antes del comienzo del recital ya había muchísimos chicos haciendo la previa adentro, sentados en el piso, tomando algo; primera crítica: se sabe que la necesidad es recaudar, pero la birra yanqui (que no es de las mejores) 12 mangos es un poco excesivo. Y con el fernet al mismo precio, me atrevo a decir que los precios estaban por el cielo...
Y la otra crítica al lugar es la oscuridad que provocó infinidad de disculpas por pisarle la mano al que estaba sentado, todo porque las ventanas que daban a la avenida 1 estaban tapadas con un papel afiche oscuro, debiéndose haber colocado un cartel de NO APTO PARA CLAUSTROFÓBICOS.
Pasado el Proteste ya, quiero dedicarme a lo bueno de la noche. Los encargados del preliminar fueron la gente de El Fondo No Fisura, capitalinos que antes de ser una banda de rock eran conocidos por formar parte de la tribu que seguía a todos lados a Callejeros. Y las influencias de esta banda estaban presentes, aunque no eran preponderantes. Al rocanrol le suman toques de ska (con algunos acordes muy similares a los de Encías Sangrantes) y por qué no algo de punk.
La lista de temas de EFNF estaba integrada principalmente con temas de su flamante disco ¡Qué tanto escándalo!, muchos de ellos con letras comprometidas social y políticamente, con bardeadas explícitas a los políticos, a la policía y a la historia que elige próceres nefastos. Pero también se entremezclaron tres covers que levantaron al público: No tan distintos de Sumo, en un punto intermedio entre el reggae de Prodan y el ska power de Karamelo Santo, una versión cumbiera de Cachito el campeón de Corrientes, de León Gieco, y el homenaje a los redondos desde el rock que el Indio le hizo a un tal Negro Atila, musicalmente idéntico, pero con algunas diferencias lógicas en la voz.
Por último cabe destacar el agite que tuvieron debajo del escenario, acompañados por una banda de pibes que coparon un micro que los trajo desde Capital. Excelente previa para el público, juvenil como es habitual en SVC, que ya había llenado el lugar.
Pocos minutos estuvo vacío el escenario hasta que los camellos lo ocuparon. El show arrancó con una gran sorpresa para la banda: el tema elegido era Pegaba más piola, que inmediatamente fue cantado por el público, obligando a Manuel a cederles el micrófono. De Manuel hay que destacar su soltura arriba de las tablas, rompiendo con esa imagen de timidez que traía desde los comienzos de la banda. Cerveza en mano, en todo momento arengó a la gente y demostró un gran humor. En cuanto a la lista, formaron parte todos los temas de Mil cumbias y rocanroles, primer disco oficial, algo de lo viejo que estaba en los demos anteriores, y se dieron el lujo de presentar dos temas nuevitos, cuyas letras formaban parte de las gacetillas que se repartieron en la puerta, muy al estilo Don Lunfardo (antes): Perdido y ausente y Fiesta y color. Pero el pogómetro reventó en dos momentos: Sembrás raíz por un lado y, por otro como pico máximo, Diagonales, canción que la gente ya adoptó como símbolo.
Para el final quedó Sueños de libertad, para cerrar una noche trascendental en la historia de la banda. La noche en la que El Ayuntamiento le quedó chico y en la que la gente se fue feliz por haber visto el mejor recital de Se va el camello.
Martin "Intruso" Burgos
